En Worcester, Inglaterra, beatos mártires Eduardo Oldcorne, presbítero, y Rodolfo Ashley, religiosos de la Compañía de Jesús, que ejercieron clandestinamente el ministerio durante muchos años, pero finalmente, acusados de tomar parte en un complot contra el rey Jacobo I, fueron encarcelados y torturados, y después descuartizados vivos.
En York, en Inglaterra, beato Eduardo Osbaldeston, presbítero de Lancaster y mártir, el cual, alumno del Colegio de los Ingleses de Reims, fue condenado a muerte y ahorcado en tiempo de la reina Isabel I, al volver a Inglaterra como sacerdote.
En la ciudad de Moerzeke-les-Termonde, cerca de Gante, en Bélgica, beato Eduardo Poppe, presbítero, que con sus escritos y su predicación propagó por Flandes, en tiempos difíciles, la formación cristiana y la devoción a la Eucaristía.
En Newcastle upon Tyne, en Inglaterra, beato Eduardo Waterson, presbítero y mártir, el cual, condenado a muerte por haber entrado en el país como sacerdote, fue ahorcado en tiempo de la reina Isabel I.
En Perusa, en la Umbría, beato Egidio de Asís, religioso de la Orden de los Hermanos Menores, que, siendo compañero de san Francisco de Asís, mostró una fe intrépida y una gran simplicidad en sus peregrinaciones.