En Atalia, de Panfilia (hoy Antalya, en Turquía), santos Hespero y su esposa Zoe, junto con sus hijos Ciriaco y Teódulo, mártires, los cuales, según la tradición, en tiempo del emperador Adriano eran esclavos al servicio de un pagano, y por orden de su mismo amo fueron primero azotados, luego brutalmente atormentados a causa de su libre confesión de fe cristiana y finalmente arrojados a un horno encendido, en donde entregaron sus almas a Dios (s. II).
En el monasterio de Moyenmoutier, en los Vosgos, san Hidulfo, que siendo corepíscopo de Tréveris, se retiró a la soledad, y habiendo acudido a él muchos discípulos, con ellos fundó un monasterio del que fue superior.