En Barcelona, en España, san Pedro Nolasco, presbítero, quien con san Ramón de Penyafort y el rey Jaime I de Aragón fundó, según se cree, la orden de la Bienaventurada María de la Merced, para la redención de los cautivos. Se entregó ardientemente con trabajo y esfuerzo a procurar la paz y a liberar del yugo de la esclavitud a los cristianos, en tiempo de los infieles.
Ver másEn Alejandría, en Egipto, san Pedro, obispo y mártir, que, dotado de todas las virtudes, fue decapitado por mandato del emperador Galerio Maximiano, viniendo a ser la última víctima de la gran persecución y como el sello de los mártires. Con él se conmemoran tres obispos egipcios, que son Hesiquio, Pacomio y Teodoro, junto con otros muchos que, también en Alejandría, sufrieron en la misma persecución y subieron al cielo por medio de cruel espada. Murió entre el 305 y el 311.
En Sebaste, en Armenia, san Pedro, obispo, que fue el hermano más joven de san Basilio Magno y eximio defensor de la fe ortodoxa ante los arrianos (c. 391).
En el monasterio de Cava, en la Campania, san Pedro, que habiendo seguido desde su juventud vida eremítica, fue elegido obispo de Policastro, pero cansado del estrépito de la vida exterior, regresó al monasterio, donde, constituido abad, restableció admirablemente la disciplina.
En el pueblo de Lujiazhuang, cerca de Yinngxian, en la misma provincia china de Hebei, san Pedro Zhou Rixin, mártir, quien durante la citada persecución afirmó ante el prefecto, que se lo exigía, que no podía abjurar de Dios Creador del mundo, por lo que fue decapitado.
En Seúl, en Corea, san Pedro Yu Tae-ch’l, mártir, que a los trece años exhortaba a los compañeros de cárcel a aceptar los tormentos, consumando su martirio al recibir cien azotes y ser estrangulado.
En Pyongyang, en Corea, san Pedro Yu Chong-nyul, mártir, que, siendo padre de familia, mientras leía a los fieles congregados durante la noche en casa del catequista, fue apresado y azotado hasta la muerte por su condición de cristiano.
En Seúl, en Corea, san Pedro Yi Hoyong, mártir, que, siendo catequista, fue hecho prisionero por unos sicarios, juntamente con su hermana santa Águeda Yi So-sa, y permaneciendo firme en la confesión de la fe, despuésde quebrarle por tres veces los huesos le mantuvieron cuatro años en la cárcel, donde finalmente murió, siendo el primero del glorioso escuadrón de los mártires.
En Zunyi, provincia de Guizhou, en China, san Pedro Wu Guosheng, catequista y mártir, que fue estrangulado por su fidelidad a Cristo.
En Shuangzhong, cerca de Jixian, en la provincia de Hebei, en China, san Pedro Wang Zuolong, mártir, que en la persecución llevada a cabo por los seguidores del movimiento Yihetuan, fue ahorcado por negarse a dar culto a los ídolos y a abjurar de la fe cristiana.
En Perugia, de la Umbría, san Pedro Vincioli, presbítero y abad, que reedificó una antigua iglesia dedicada a san Pedro que amenazaba ruina, y a ella unió un monasterio en el que, venciendo gran oposición y con gran paciencia, introdujo los usos y costumbres cluniacenses.
En el monasterio de Cuixá, en los Pirineos (hoy Francia), san Pedro Urseolo, el cual, siendo dux de Venecia, se hizo monje, distinguiéndose por su piedad y austeridad, y viviendo en un eremitorio cercano al monasterio (c. 987/988).
En Famagusta, ciudad de Chipre, tránsito de san Pedro Tomás, obispo de Constantinopla, de la Orden de los Carmelitas, que fue legado del Pontífice Romano en Oriente.
En Ciano, cerca de Mileto, en Calabria, san Pedro Spanò (Spina), eremita, célebre por su pobreza y compunción (s. XII).
En Fuzhou, en Fujian, provincia de China, san Pedro Sans y Jordá, obispo de la Orden de Predicadores y mártir, el cual, habiendo sido detenido junto con otros sacerdotes y llevado preso hasta el tribunal a través de un largo recorrido, se arrodilló en el lugar del suplicio y, terminada su oración, ofreció de buena gana su cuello al hacha.
En la ciudad de Capitolias, en Batanea (hoy Israel), san Pedro, presbítero y mártir, que acusado ante Walid, príncipe de los sarracenos, de predicar en público la fe en Cristo, consumó su martirio clavado en una cruz, después de que se le amputasen lengua, manos y pies.
En Madrid, capital de España, beato Pedro Poveda Castroverde, presbítero y mártir, fundador de la Institución Teresiana destinada a promover la formación cristiana, que al comienzo de la persecución contra la Iglesia fue asesinado por odio a la religión, dando un claro testimonio de su fe.
En la misma ciudad, conmemoración de san Pedro, llamado "Palatino", mártir, que en verdad fue heredero de la fe y del nombre del apóstol Pedro, y exhaló su espíritu al ser quemado vivo.
En Constanza, de Suabia, conmemoración de san Pelagio, mártir (c. s. III).