San Vicente Ferrer, presbítero de la Orden de Predicadores, que, de origen español, recorrió incansablemente ciudades y caminos de Occidente, solícito por la paz y la unidad de la Iglesia, predicando a pueblos innumerables el Evangelio de la penitencia y la venida del Señor, hasta que en Vannes, de la Bretaña Menor, en Francia, entregó su espíritu a Dios.
Celebran hoy: Vicenç, Vicente, Vincent.
Ver másSan Vicente, diácono de Zaragoza y mártir, que durante la persecución bajo el emperador Diocleciano hubo de sufrir cárcel, hambre, potro, láminas candentes, hasta que, en Valencia, en la Hispania Cartaginense (hoy España), voló al cielo a recoger el premio del martirio.
Ver másMemoria de san Vicente Paúl, presbítero, que lleno de espíritu sacerdotal y entregado en París al servicio de los pobres, veía el rostro del Señor en cada persona doliente. Fundó la Congregación de la Misión (Paúles), al modo de la primitiva Iglesia, para formar santamente al clero y subvenir a los necesitados, y con la cooperación de santa Luisa de Marillac, fundó también la Congregación de Hijas de la Caridad.
Ver másEn Roma, san Víctor I, papa, africano de nacimiento, que fijó para todas las Iglesias la celebración de la fiesta de Pascua en el domingo que sigue inmediatamente a la Pascua judía (c. 200).
Ver másSan Wenceslao o Venceslao, mártir, duque de Bohemia, que, educado por su abuela santa Ludmila en sabiduría divina y humana, fue severo consigo, pacífico en la administración del reino y misericordioso para con los pobres, redimiendo para ser bautizados a esclavos paganos que estaban en Praga para ser vendidos. Después de sufrir muchas dificultades en gobernar a sus súbditos y formarles en la fe, traicionado por su hermano Boleslao fue asesinado por sicarios en la iglesia de Stara Boleslav, en Bohemia (929/935).
Celebran hoy: Wenceslao.
Ver másZacarías, padre de San Juan Bautista, era sacerdote en el templo de Jerusalén. Tras la aparición del arcángel Gabriel, perderá el habla por su débil fe hasta que menciona el nombre de su futuro hijo: Juan (el bautista).
Celebran hoy: Za, Zaca, Zacarías, Zach.
Ver másEn Siracusa, de Sicilia, san Zósimo, obispo, que fue primero humilde custodio del sepulcro de santa Lucía y después abad del monasterio de ese lugar (c. 600).
Ver másEn Roma, san Vicente María Strambi, obispo de Macerata y Tolentino, de la Congregación de la Pasión, que gobernó santamente las diócesis que tenía encomendadas y por su fidelidad hacia el Romano Pontífice fue desterrado.
En Roma, san Vicente Pallotti, presbítero, fundador de la Sociedad del Apostolado Católico, que con sus escritos y actividades fomentó la vocación de todos los bautizados en Cristo para trabajar a favor de la Iglesia.
En Soignies, de Brabante, en Austrasia, san Vicente o Madelgario, que con el consentimiento de su esposa santa Valtrudis abrazó la vida monástica y, según cuenta la tradición, fundó dos monasterios (c. 677).
En León, en Hispania, san Vicente, abad del monasterio de San Claudio (630).
En Sarsina, de la Romagnola, san Vicinio, primer obispo de esta ciudad (s. IV/V).
En Roma, en la vía Salaria Antigua, en el cementerio de Basilla, san Víctor, mártir (c. s. IV).
En Capua, de la Campania, san Víctor, obispo, conspicuo por su erudición y su santidad.
En África, conmemoración de san Víctor, mártir, en cuya festividad san Agustín escribió para el pueblo un tratado acerca de él (s. inc.).
En Arcis-sur-Aube, en la Champaña, en Francia, san Víctor, eremita, cuyas alabanzas escribió san Bernardo (s. VII).
En la región de Nantes, en la Bretaña Menor, san Víctor, solitario, que vivió recluido en un pequeño oratorio, construido por él mismo junto a Bonchamp (c. s. VII).
En Cesarea de Mauritania, san Víctor, mártir, que, según la tradición, condenado a muerte, fue crucificado en sábado (s. III/IV).
En Milán, en la provincia de la Liguria, conmemoración de san Víctor, mártir, el cual, originario de Mauritania, era soldado del ejército imperial, y al imponer el emperador Maximiano la obligación de sacrificar a los ídolos, se desciñó de sus armas, por lo cual le llevaron a la ciudad de Lodi, donde fue decapitado (c. 304).
En el monasterio de Asán, en la región de Barbastro, del Reino de Aragón, san Victoriano, que, habiendo nacido en Italia, abrazó la vida monástica, y estando dedicado a la oración en la soledad de las montañas pirenaicas, aceptó la responsabilidad de dirigir el monasterio que después llevó su nombre (c. 561).
En Nicomedia, de Bitinia, san Victorino, mártir (sec. inc.).
Conmemoración de san Victorino, obispo de Pettau (hoy Ptuj), en Panonia, que redactó muchos escritos para explicar los libros de la Sagrada Biblia y fue coronado con el martirio en la persecución desencadenada por Diocleciano (c. 303).
En Le Mans, de la Galia Lugdunense (hoy Francia), san Victorio, obispo, de quien habla san Gregorio de Tours.
En la ciudad de León, en Hispania, santos Claudio, Lupercio y Victorio, mártires, que en la persecución bajo el emperador Diocleciano sufrieron la muerte por Cristo (c. 303/304).
En Rouen, en la Galia, san Victricio, obispo. Fue soldado en tiempo del emperador Juliano y, al rechazar las insignias militares por amor a Cristo, padeció diversas torturas por orden del tribuno, que le condenó a muerte, pero, no obstante, habiendo alcanzado la libertad, y tras ser consagrado obispo, llevó también a la fe en Cristo a los feroces pueblos de los morinos y de los nervios, en la Galia del norte.
En Bolonia, de la Emilia, santos Vidal y Agrícola, mártires, que, según nos refiere san Ambrosio, el primero de ellos fue antes siervo del segundo y luego compañero y colega en el martirio. Vidal padeció tantos tormentos que no le quedó parte de su cuerpo sin heridas y Agrícola, a su vez, sin asustarse por el suplicio de su antiguo criado, le imitó en el mismo martirio, siendo crucificado.
Santos Aristón, Crescenciano, Eutiquiano, Urbano, Vidal, Justo, Felicísimo, Félix, Marcia y Sinforosa, Campania (Italia), 285.
En la región de Retz, cerca de Nantes, en la Bretaña Menor, san Vidal, eremita (s. VIII).
En Hanonia, de Neustria, san Vidiciano, obispo de Cambrai y Arras, que, a raíz de la muerte de san Leodegario, invitó al rey Teodorico III a expiar su crimen con la penitencia (c. 712).
En Fritzlar, en Hesse, de Austrasia, san Vigberto, presbítero y abad, al que san Bonifacio encomendó el cuidado del monasterio del lugar (c. 739).
En Trento, en la región de Venecia, san Vigilio, obispo, quien recibió de san Ambrosio de Milán las institutionis insignia, junto con una instrucción pastoral, dedicándose a evangelizar la región encomendada y tratando de extirpar lo que quedaba de la idolatría. Se asegura que consumó su martirio por el nombre de Cristo, golpeado por hombres crueles.
En Bayeux, en la Galia Lugdunense, san Vigor, obispo, discípulo de san Vedasto (c. 538).
En Osnabrück, en Sajonia, san Vihón, obispo, que siendo oriundo de Frisia, fue enviado por el emperador Carlomagno como abad para evangelizar la región y, ordenado obispo de esta Iglesia, tuvo que sufrir mucho por Cristo.
En la región de Tulle, en Aquitania (hoy Francia), san Vincenciano, eremita.
Conmemoración de los santos mártires Vindemial o Vindemia, obispo de Capsa, en Numidia, y Longinos, obispo de Pamaria, en la Mauritania, los cuales fueron decapitados por orden de Hunerico, rey de los vándalos, después de haberse enfrentado a los arrianos en el concilio de Cartago.
En Arlés, en la Provenza, san Virgilio, obispo, que recibió como huéspedes a san Agustín y a sus monjes, cuando viajaban hacia Inglaterra por encargo del papa san Gregorio I Magno (c. 618).
En Salzburgo, de la región de Baviera, san Virgilio, obispo, hombre doctísimo, nacido en Irlanda, al cual, con el apoyo del rey Pipino, se le puso al frente de la Iglesia de Salzburgo, donde construyó la catedral en honor de san Ruperto y se dedicó gozosa y felizmente a propagar la fe entre los carintios.
En el monasterio de San Salvador de Leyre, en Navarra, memoria de san Virila, abad (s. X).
En la región de Leicester, en Inglaterra, san Vistano, mártir, que, perteneciente a la estirpe real de Mercia, por oponerse al matrimonio incestuoso de su madre fue asesinado por la espada del tirano.
En Savigny, de Normandía, en la Galia, san Vital, abad, que, dejadas las ocupaciones seculares, se entregó en la soledad al cultivo de la observancia rigurosa, ganando muchos seguidores para el monasterio por él fundado.
En Salzburg, de Baviera, san Vital, obispo, el cual, originario de Hibernia (hoy Irlanda), fue discípulo de san Ruperto, compañero en sus viajes e imitador de sus trabajos y vigilias, y elegido su sucesor, convirtió a la fe de Cristo a la población de Pinsgau (c. 730).
En el lugar de Rapolla, en la Lucania, san Vital de Castronovo, monje.
En la ciudad de Spoleto, en la Umbría, san Vital, mártir, santificado por la fe conservada y la imitación de Cristo (s. inc.).
En la antigua ciudad de Caudium (hoy Montesarchio), en la Campania, san Vitaliano, obispo (s. VII).
En Verdún, de la Galia Bélgica, san Vitón, obispo.
En Lyon, ciudad de la Galia, san Vivenciolo, obispo, que fue promovido al episcopado cuando enseñaba en la escuela monástica de San Eugendio, y animó a clérigos y laicos a estar presentes en el Concilio de Pau, para que el pueblo conociese mejor lo que los pontífices establecían (c. 523).
En Saintes, en la Galia, san Viviano, obispo (s. V).
En Kiev, ciudad de Rusia (ahora en Ucrania), san Vladimiro, príncipe, bautizado con el nombre de Basilio, que se preocupó de propagar la fe ortodoxa en los pueblos que gobernaba.
Cerca de Foix, en la Galia Narbonese (hoy Francia), tránsito de san Volusiano, obispo de Tours, que, tras ser capturado por los godos, entregó su espíritu en el destierro (c. 498).
En el monasterio de Fantanelle, en Neustria (hoy Francia), sepultura de san Vulframno o Wulfrano, el cual, siendo monje, fue elegido obispo de Sens y se dedicó a evangelizar a los frisios. Finalmente, vuelto al citado monasterio, allí descansó en paz (c. 700).
En la región de Boulogne, en la Galia, san Vulmaro, presbítero, que siendo humilde pastor con un gran interés por instruirse, adquirió una buena formación y fue ordenado sacerdote, viviendo como los antiguos padres del desierto y, más tarde, en Hautmont, del Hainaut, en los bosques de su patria, fundó dos monasterios: uno de monjes y otro de vírgenes.
En el monasterio de Luxeuil, en Burgundia, san Waldeberto o Walberto, abad (665/ 670).
En Palazzuolo, en la Toscana, san Walfrido, abad, que después de haber tenido cinco hijos, decidió, junto con su esposa, abrazar la vida monástica (c. 765).
En Onhaye, en Hainaut, san Walhero, presbítero, que, mientras atravesaba el río Mosa, un presbítero al que recriminaba sus costumbres lo mató a golpes de remo.
En Condé-sur-l’Escaut, en el Hainaut, de Austrasia, san Wasnulfo, monje, nacido en Escocia (s. VII).
En Brema, de Sajonia, san Wilehado, obispo, que, nacido en Northumbria y amigo de Alcuino, propagó el Evangelio en Frisia y Sajonia después de san Bonifacio y, ordenado obispo, fundó la sede de Brema y la gobernó sabiamente.
En York, en Northumbria, san Wilfrido, obispo, que, después de trabajar con todo esmero, fue obligado a abandonar su sede y murió entre los monjes de Ripon, de quienes fue abad durante un tiempo.
Vivió entre finales del siglo VII y principios del VIII. Su padre pertenecía a la primera generación de cristianos anglosajones convertidos del paganismo. El hijo fue entregado al monasterio de Ripón para su crianza y custodia cuando decidió vivir solitario tras la muerte de su esposa. Ya en su juventud, Willibrordo decide libremente hacer profesión religiosa. Deja el monasterio de Ripón aprovechando la coyuntura de la marcha a Roma del santo abad Wilfrido. A partir de ahora va a permanecer doce años en el monasterio de Rathmelsigui, en Irlanda, aprendiendo del afán misionero del abad Egberto que ya fracasó en su intento evangelizador de Frisia en el continente. Cuando en el 689 Pipino II, rey de Austrasia, vence al rey Egberto, de Frisia, se abren nuevas posibilidades de evangelización de los frisones. Allá marcha Willibrordo a la cabeza de doce monjes. Las dotes de organizador, la tenacidad, paciencia, audacia, valentía y santidad de Willibrordo van consiguiendo una comunidad de cristianos, convertidos y preparados en la fe uno a uno, ayudado por sus monjes. Muere tal día como hoy en el año 739.
En Dryopolis (hoy Eichstätt), en Franconia, san Willibaldo o Wilebaldo, obispo, el cual, habiendo abrazado la vida monástica, recorrió como peregrino muchos santuarios y lugares santos con el fin de establecer en ellos la vida monástica, hasta que san Bonifacio le ordenó obispo de esta sede e hizo de él un valioso colaborador suyo en la evangelización de Germania, convirtiendo a Cristo muchos pueblos.
En Troyes, de Neustria, san Winebaldo (Vinebaldo, Winebald), abad del monasterio de San Lupo, preclaro por su austeridad (c. 620).
En la región Taruanense, de Austrasia, san Winoco, que, de origen bretón, primero fue recibido por san Bertino en la comunidad de monjes de Sithiu, y después construyó el monasterio de Wormhoudt, que dirigió santamente como prior, trabajando mucho con sus propias manos.
En la península de Armórica (Bretaña), san Winwaleo, primer abad de Landevenec, del cual la tradición narra que era discípulo de san Budoco en la isla de Lavret, y que con su vida ilustró la regla monástica.
En Roermond, junto al Mosa, en Brabante, de Austrasia, san Wiro, que, según la tradición, se dedicó a la evangelización de esta región junto con sus compañeros Plechelmo y Odgero (c. 700).
En Córdoba, en la región hispánica de Andalucía, conmemoración de san Witesindo (Vintesindo), mártir, que por miedo a los musulmanes se apartó de la fe católica, pero al negarse después a tomar parte en el culto mahometano, lo mataron por odio a la fe cristiana.
En el monasterio de Hersfeld, en Germania, sepultura de san Witta o Albino, primer obispo de Bürberg, el cual, oriundo de Inglaterra, fue llamado por san Bonifacio y recibió el encargo de sembrar la simiente de la Palabra de Dios en la región de Hesse (c. 786).
En Ratisbona (Regensburg), de Baviera, san Wolfgango, obispo, que, después de ser maestro de escuela y haber profesado como monje, fue elevado a la sede episcopal, instaurando la disciplina del clero, y mientras visitaba la región de Pupping descansó en el Señor.
En la ciudad de Worchester, en Inglaterra, san Wulfstano, obispo, que, pasando del claustro a la sede, mantuvo las costumbres monásticas junto al celo pastoral. Visitó incansablemente las parroquias de su diócesis, ocupándose en erigir iglesias, fomentar los estudios y condenar la venta de esclavos.
En el lugar de Dechao, igualmente en Hebei, conmemoración de san Xi Guizi, mártir, que cuando aún no era más que catecúmeno, ante una multitud alborotada se confesó cristiano, siendo bautizado con la sangre que brotaba de sus heridas.
En Bretaña Menor, san Ywio, diácono y monje, discípulo de san Cutberto, obispo de Lindisfarne, que pasó de Inglaterra a esta región, donde vivió entregado a las vigilias y ayunos (c. 704).
En Roma, san Zacarías, papa, que con suma vigilancia y prudencia gobernó la Iglesia de Dios, frenando el ímpetu de los lombardos, indicando el recto orden a los francos, proveyendo de iglesias a los germanos y procurando el entendimiento con los griegos.
En el monte Mercurio, en la Lucania (hoy Italia), san Zacarías, apellidado "Angélico", maestro de la vida cenobítica (c. 950).
Conmemoración de san Zacarías, profeta, vaticinador de la vuelta del pueblo desterrado a la tierra de promisión, anunciando al mismo tiempo que un rey pacífico, Cristo el Señor, entraría triunfante en la Ciudad Santa de Jerusalén, lo que se llevó a cumplimiento.
En Bolonia, de la región de la Emilia, en Italia, san Zama, considerado como primer obispo de esta ciudad (c. s. IV).
Conmemoración de san Zaqueo, obispo, que, según tradición, fue el cuarto sucesor de Santiago, hermano del Señor, en el gobierno de la Iglesia de Jerusalén (s. II).
Zenas, ayudante del militar del imperio romano Zenón y martirizado con él. Arrojado Zenón al calabozo recibe la visita de su asistente, quien no se puede contener sin besar las cadenas del mártir; y, arrestado también por cristiano, ambos son decapitados el 23 de junio del año 304.
En Florencia, de la Toscana, san Zenobio, obispo de Florencia. Amigo de San Ambriosio de Milán, consejero de San Dámaso I papa, trabajó con San Eugenio y San Crescencio.
En Sidón, de Fenicia, san Zenobio, presbítero, que durante la durísima persecución bajo el emperador Diocleciano animó a otros al martirio, siendo también él coronado con la muerte (s. IV).
En Nicomedia, de Bitinia (hoy Turquía), san Zenón, mártir (s. III).
Conmemoración de san Zenón, obispo de Maiuma, en Palestina, que edificó una basílica a sus sobrinos mártires Eusebio, Nestabio y Zenón, y hasta el fin de su vida trabajó como tejedor para procurarse el sustento y ayudar a los pobres (c. 400).
En Verona, del territorio de Venecia, san Zenón, obispo, que con su trabajo y predicación llevó a la ciudad hasta el bautismo de Cristo (c. 372).
Santos Zenón y Zenas, mártires, Arabia, 304. Militar del imperio romano, residente en Filadelfia de Arabia, su ciudad natal. Después de haber entregado todo lo suyo a los necesitados, se presenta firme ante el prefecto Máximo dispuesto a dar testimonio de Cristo frente a cualquier sufrimiento y frente a la muerte misma. Arrojado al calabozo recibe la visita de su asistente, quien no se puede contener sin besar las cadenas del mártir; y, arrestado también por cristiano, ambos son decapitados el 23 de junio del año 304.
En Roma, en el cementerio de Pretextato, en la vía Apia, san Zenón, mártir (s. inc.).
En el pueblo de Zhuhedian, cerca de Jieshui, en la provincia de Hunan, en China, san Zhang Huailu, mártir, el cual, perseguido por los seguidores del movimiento Yihetuan, siendo solamente catecúmeno confesó espontáneamente que era cristiano y, armado con la señal de la cruz, mereció ser bautizado en Cristo con su propia sangre.
En Listra, en Licaonia (hoy Zoldera, en Turquía), san Zoelo, mártir (s. II/III).
En Córdoba, en la provincia hispánica de Bética, san Zoilo, mártir.
En Roma, en la vía Tiburtina, junto a san Lorenzo, sepultura del papa san Zósimo.
En Constantinopla, san Zótico, presbítero, que se preocupó de alimentar a los huérfanos (s. IV).
En la archidiócesis de Lviv, San Zygmunt Gorazdowski, sacerdote, nacido en Sanok (Polonia) el 1845. Promovió numerosas obras para sacerdotes, jóvenes, enfermos y pobres. fundó un nuevo periódico, varias instituciones de beneficencia y la Congregación de las Religiosas de San José. Murió el 1 de enero de 1920 en Lviv (Ucrania)
Mujer de la ley judía, esposa del rey David y matriarca del antiguo testamento. Una de las siete mujeres consideradas profetas por los escolásticos talmúdicos.
En Ravena, en la provincia de Flaminia, en Italia, conmemoración de san Vital (San Vidal). En este día, según la tradición, fue dedicada a Dios la celebérrima basílica de esa ciudad, en la que este santo es venerado desde tiempo inmemorial junto a los santos mártires Valeria, Gervasio, Protasio y Ursicino, por haber defendido tenazmente la fe (s. inc.).
En Lucania, san Vito, adolescente mártir.