Santos del día 4 de mayo

San Godofredo de Hildesheim (s. XI)

En Hildesheim, de Sajonia, en Alemania, san Gotardo, Godeardo, Godeberto o Godofredo, obispo, que, siendo abad del monasterio de Niederaltaich, visitó y renovó varios monasterios, y al morir san Bernardo le sucedió en la sede episcopal, promoviendo la vida cristiana de su Iglesia, la disciplina regular del clero y abriendo escuelas.

Celebran hoy: Godofredo.

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San Curcódomo diácono
San José María Rubio Peralta (s. XX)

En la ciudad de Aranjuez, de Castilla la Nueva, en España, san José María Rubio Peralta, presbítero de la Compañía de Jesús, que se significó por su atención a los penitentes en la confesión sacramental, por la predicación de ejercicios espirituales y por sus visitas a los pobres en los suburbios de Madrid.

Beato Eduardo José Rosaz (s. XX)

En Susa, del Piamonte, en Italia, beato Eduardo José Rosaz, obispo, que durante veinticinco años asistió pastoralmente la diócesis que se le había confiado, con una dedicación especial a los pobres. Fundó la Congregación de Hermanas de la Tercera Orden de San Francisco de Susa.

Beato Ladislao de Gielniow (s. XVI)

En Varsovia, en Polonia, beato Ladislao de Gielniow, presbítero de la Orden de Hermanos Menores, quien predicaba con fervor extraordinario la Pasión del Señor y la celebraba con piadosos himnos.

San Ciríaco, presbítero y mártir
Beato Juan Martín Moyë (s. XVIII)

En Tréveris, en Alemania, beato Juan Martín Moyë, presbítero de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París, que en la localidad de Lorena, en Francia, fundó el Instituto de Hermanas de la Providencia, y en China reunió en régimen de vida común a unas vírgenes dedicadas a la enseñanza. Se mostró siempre inflamado por el celo de las almas, aún después de verse obligado a abando

San Florián (s. IV)

En Lorch, en la región de Nórico, cerca del Danubio, san Florián o Floriano, mártir, el cual, durante la persecución bajo Diocleciano, y por orden del gobernador Aquilino, fue arrojado desde el puente al río Enns con una piedra atada al cuello.

Santa Antonina de Nicea (s. III)

En Nicea, de Bitinia, santa Antonina, mártir, que fue cruelmente torturada y atormentada con distintos suplicios, estando tres días colgada, luego encarcelada durante dos años y, por último, bajo el gobernador Prisciliano, y por la confesión de su fe en Dios, fue quemada viva (s. III/IV).

San Silvano de Gaza y compañeros mártires (s. IV)

En las minas de Feno, en Palestina, donde estaban condenados, san Silvano, obispo de Gaza, y treinta y nueve compañeros, mártires, todos ellos coronados con el martirio durante la misma persecución bajo Diocleciano, al ser decapitados por orden del césar Maximino Daya (c. 304).

Santa Pelagia virgen y mártir
Beato Carlos Manuel Rodríguez Santiago (s. XX)

El primer beato portoriqueño, teólogo laico de la tercera orden benedictina

Beato Ceferino Giménez Malla (s. XX)

En Barbastro, beato Ceferino Giménez Malla, mártir de raza gitana. Se dedicó a promover la paz y la concordia entre su pueblo y los pueblos vecinos. En la persecución, al ver a un sacerdote arrastrado por las calles por las milicias populares y salir en su defensa, le detuvieron y, finalmente, conducido al cementerio, fue fusilado, con el rosario en sus manos, consumando así su peregrinación por la tierra.