Santa María Goretti, virgen y mártir, que en una época infantil dura, donde se vio en la necesidad de ayudar a su madre en las labores de la casa, distinguiéndose ya por su piedad, cuando no contaba más que doce años murió en defensa de su castidad a causa de las heridas que le produjo con un punzón un joven que intentaba violarla cuando estaba sola en su casa, cercana a la localidad de Nettuno, en el Lacio, de Italia.
Ver másSanta Dominica, virgen y mártir, Tropea (Italia), s. IV.
En Buenos Aires, en Argentina, beata Nazaria de Santa Teresa March Mesa, virgen, nacida en España y emigrante con su familia a México, la cual, llena de celo misionero, consagró su vida a la evangelización de los pobres y necesitados en varias naciones de América latina y fundó el Insti
En la orilla del Rin, san Goar, presbítero, quien, oriundo de Aquitania, con la aprobación del obispo de Tréveris construyó un hospital y un oratorio, para recibir a los peregrinos y procurar la salvación de sus almas (s. VI).
Frente a la costa de Rochefort, en Francia, beato Agustín José (Elías) Desgardin, monje cisterciense y mártir, el cual, durante la Revolución Francesa, por odio a la religión fue sacado de su monasterio de Sept-Fonts y encerrado en una vieja nave, en la que se entregó al cuidado de sus compañeros enfermos, muriendo al enfermar también él.
En Nicomedia, de Bitinia, santa Ciriaca, virgen, mártir en tiempo del emperador Diocleciano, que es venerada en la ciudad de Tropea, en Calabria (s. IV).
En la región de Condat, en el Jura, de Burgundia, san Justo, monje (s. VI).
En Roma, beata María Teresa Ledochowska, virgen, que se entregó totalmente al cuidado de los africanos oprimidos y fundó el Instituto de San Pedro Claver.
En la región de Armagh, en Irlanda, santa Monena, abadesa del monasterio de Killeevy, que ella misma había fundado.
En Escocia, conmemoración de san Paladio, obispo, el cual, enviado desde la ciudad de Roma a Irlanda, murió en ese país cuando san Germán de Auxerre luchaba en Inglaterra contra la herejía de Pelagio.
En Shuangzhong, cerca de Jixian, en la provincia de Hebei, en China, san Pedro Wang Zuolong, mártir, que en la persecución llevada a cabo por los seguidores del movimiento Yihetuan, fue ahorcado por negarse a dar culto a los ídolos y a abjurar de la fe cristiana.
En Fiésole, en la Toscana, san Rómulo, diácono, a quien esta ciudad celebra como su primer mártir (s. inc.).
En Egipto, san Sísoes, de sobrenombre "Magno", ermitaño, muy célebre por la perfección con que practicó la vida monástica (c. 429).
En Orange, en Francia, beata Susana Águeda (María Rosa) de Loye, virgen de la Orden de San Benito y mártir, que recluida en una cárcel, durante la Revolución Francesa, junto con otras treinta y dos monjas de distintas órdenes y comunidades religiosas, perseveró fiel a su vocación monás tica, siendo condenada ella la primera a muerte por odio al nombre cristiano, y subiendo impávida al patíbulo.
En Londres, beato Tomás Alfield, presbítero y mártir, que al ser torturado abjuró de la fe católica y, pese a ello, fue expulsado de Inglaterra, pero después, arrepentido, volvió a ese país y, reinando Isabel I, fue ahorcado en el patíbulo de Tyburn por haber divulgado una Apología en favor de los católicos.