Nació en Venecia el año 1486. Abandonó la carrera de las armas para consagrarse al servicio de los pobres entre quienes distribuyó sus bienes. Fundó la Orden de los Clérigos Regulares de Somasca, para socorrer a los niños huérfanos y pobres. Murió en Somasca (Bérgamo) el año 1537.
Ver másEn Alejandría, en Egipto, conmemoración de santa Cointa o Quinta, mártir, a quien los paganos, durante la persecución bajo el emperador Decio, querían obligar a adorar a los ídolos, lo que ella rechazó y atada de pies y manos fue arrastrada por calles y plazas, sufriendo un horrendo suplicio.
En Muret, en la región aquitana de Limoges, san Esteban de Muret (o de Grandmont), abad y fundador de la Orden de Grandmont, que confió a los clérigos la alabanza divina y la contemplación, dejando la administración de los asuntos temporales a la caridad de los hermanos legos.
En Milán, en Lombardía, memoria de san Honorato, obispo, que ante el inminente ataque de los lombardos salvó a una buena parte de su pueblo, trasladándolo a Génova (c. 570).
Santa Josefina Bakhita, virgen, nacida en la región de Darfur, en Sudán, que siendo aún niña fue raptada y vendida en diversos mercados africanos de esclavos, sufriendo dura cautividad, pero al obtener la libertad abrazó la fe cristiana e ingresó en el Instituto de la Hijas de la Caridad (Canossianas), pasando el resto de su vida en Schio, cerca de Vicenza, entregada a Cristo y al servicio de los demás.
En Pavía, de la Liguria, san Jovencio o Evencio, obispo, que trabajó denodadamente en favor del Evangelio.
En Bretaña Menor, san Iacuto, abad, hermano de los santos Winwaldo y Guethnoc, que construyó cerca del mar el monasterio que después llevó su nombre (s. VI).
En Vesoncio (hoy Besançon), en Burgundia, san Nicecio, obispo (c. 610).
En Verdún, en la Galia, san Pablo, obispo, que, después de ser monje, fue elevado a la sede episcopal de esta ciudad, en la que promovió el culto divino y la vida regular de los canónigos (c. 647).
En Albano, en el Lacio, beato Pedro, apellidado "Igneo" por haber pasado ileso por el fuego, que fue monje de Valumbrosa y después obispo de esta ciudad, trabajando sin tregua para restaurar la disciplina eclesiástica.