Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith) Stein, virgen de la Orden de las Carmelitas Descalzas y mártir, la cual, nacida y educada en la religión judía, después de haber enseñado filosofía durante algunos años entre grandes dificultades, recibió por el bautismo la nueva vida en Cristo y la desarrolló bajo el velo de religiosa, hasta que, en tiempo de un régimen hostil a la dignidad del hombre y de la fe, fue desterrada y encarcelada, muriendo en la cámara de gas del campo de exterminio de Oswiecim o Auschwitz, cerca de Cracovia, en Polonia.
Celebran hoy: Edith.
Ver másEn el lugar de Maserfield, posteriormente llamado Oswestria en su honor, en la región de Shropshire, en Inglaterra, san Osvaldo, mártir. Siendo rey de Northumbria se hizo ilustre por las armas, pero, más inclinado a la paz, propagó con decisión la fe cristiana en la región y, en un combate contra los paganos, fue muerto por el odio de éstos contra Cristo.
Ver másEn Salamanca, en España, beata Cándida María de Jesús (Juana Josefa) Cipitria, que fundó la Congregación de las Hijas de Jesús, para colaborar en la formación cristiana de los niños.
En un viejo navío, situado en la costa frente a Rochefort, en Francia, beato Claudio Richard, presbítero de la Orden de San Benito y mártir, que, por ser sacerdote, durante la Revolución Francesa fue expulsado de su monasterio y confinado en una nave de trabajos forzados, donde murió de peste, contraída mientras ayudaba a los enfermos cautivos.
En Palena, de la Calabria, beato Falco, eremita (s. X/XI).
En Kilmor, también en Hibernia (hoy Irlanda), san Fedlimino, obispo (c. s. VI).
En Barbastro, también en España, beato Florentino Asensio Barroso, obispo y mártir, que en el furor de la persecución contra la Iglesia, acribillado a balazos, dio testimonio con su sangre de la fe que había predicado constantemente al pueblo que tuvo encomendado.
En el lugar de Argés, cerca de Toledo, asimismo en España, beato Guillermo Plaza Hernández, presbítero de la Sociedad de Sacerdotes Operarios Diocesanos y mártir, que el mismo día y en la misma prueba entregó su espíritu.
En el pueblo de Carcaixent, en la región de Valencia, también en España, beato Germán (José María) Garrigues Hernández, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos y mártir, que, en el furor de la persecución contra la fe, superó la tortura de su cuerpo con una muerte preciosa.
En el monte Alvernia, también en la Toscana, beato Juan de Fermo, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que vivió solitario, dominando su cuerpo con abstinencia y penitencia admirables.
En Florencia, en la Toscana, beato Juan de Salerno, presbítero de la Orden de Predicadores, que fundó el convento de Santa María Novella y actuó intrépidamente contra los herejes patarenos.
En Londres, en Inglaterra, beato Ricardo Bere, presbítero y mártir, que, por orden del rey Enrique VIII, a causa de su fidelidad al Romano Pontífice y por la defensa del matrimonio cristiano, en unión con sus hermanos de la Cartuja de aquella ciudad, murió extenuado por la suciedad de la prisión y el hambre, sufridas durante largo tiempo.
En el monasterio de Achad, en Hibernia (hoy Irlanda), san Nateo, obispo y abad (s. VI).
En Barcelona, igualmente en España, beatos Rubén de Jesús López Aguilar y sus seis compañeros, religiosos de la Orden de San Juan de Dios y mártires, que, en la misma persecución, sufrieron la muerte por odio a la vida religiosa y así pasaron a presencia del Señor. Sus nombres: Beatos Arturo (Luis) Ayala Niño, Juan Bautista (José) Velázquez Peláez, Eugenio (Alfonso Antonio) Ramírez Salazar, Esteban (Gabriel) Maya Gutiérrez, Melquíades (Raimundo) Ramírez Zuluaga y Gaspar (Luis Modesto) Páez Perdono.