En Valencia, de España, santo Tomás de Villanueva, obispo, que, siendo religioso de la Orden de Ermitaños de San Agustín, aceptó por obediencia el episcopado, sobresaliendo, entre otras virtudes pastorales, por un encendido amor hacia los pobres hasta entregarles todos los bienes, incluida la propia cama.
Ver másEn Nicomedia, de Bitinia, san Eulampio y su hermana santa Eulampia, mártires durante la persecución desencadenada bajo Diocleciano (s. IV).
En Nicomedia, de Bitinia, san Eulampio y su hermana santa Eulampia, mártires durante la persecución desencadenada bajo Diocleciano (s. IV).
En Cracovia, en Polonia, beata Ángela María (Sofía Camila) Truszkowska, virgen, que fundó la Congregación Franciscana de San Félix de Cantalicio, para ayudar a niños abandonados, pobres y marginados.
En Populonia, de la Toscana, san Cerbonio, obispo, que, tal como cuenta el papa san Gregorio I Magno, al invadir los lombardos aquella región se refugió a la isla de Elba, dando pruebas de virtud (c. 575).
En Nantes, de la Galia Lugdunense, san Claro, venerado como primer obispo de esta ciudad (s. IV).
En la ciudad de Khartoum, en Sudán, beato Daniel Comboni, obispo, que fundó el Instituto para las Misiones en África, y elegido obispo en ese continente, se entregó sin reservas y predicó el Evangelio por aquellas regiones, trabajando también para hacer respetar la dignidad humana.
En la ciudad de Linz, en Austria, beato Eduardo Detkens, mártir, originario de Polonia, que murió en la cámara de gas durante la persecución nazi.
En la ciudad de Colonia, en Germania, santos Gereón y compañeros, mártires, que ofrecieron su cuello a la espada por defender la verdadera piedad (s. IV).
En Bridlington, en Inglaterra, san Juan, presbítero, prior del monasterio de Canónigos Regulares de San Agustín, célebre por su oración, austeridad y bondad.
En la localidad de Dzialdowo, en Polonia, beato León Wetmanski, obispo auxiliar de Plock, que, en tiempo de un régimen contrario a Dios y a los hombres, fue encarcelado en un campo de concentración, consumando su martirio con una muerte intrépida.
En Rochester, en Inglaterra, muerte de san Paulino, obispo de York, que siendo monje y discípulo del papa san Gregorio I Magno, fue enviado a Inglaterra para predicar el Evangelio, convirtiendo a Edwino, rey de Northumbria, lavando con las aguas del bautismo a todo su pueblo.
Conmemoración de san Pinito, obispo de Cnosos, en la isla de Creta, que, bajo los emperadores Marco Antonino Vero y Lucio Aurelio Cómodo, se distinguió por sus escritos acerca de la fe y por su preocupación por el crecimiento de la grey que se le había encomendado (c. 180).
Cerca de Ramerude (hoy Arcis-sur-Aube), en la región de Troyes, en Neustria, santa Tanca, virgen y mártir, que, como narra la tradición, por defender su virginidad no dudó en aceptar la muerte (s. VI/VII).
En el monasterio de Jouarre, en el territorio de Meaux, en Neustria, santa Telquilde, abadesa, la cual, de familia noble y notable por sus méritos y austera en sus costumbres, enseñó a las vírgenes sagradas a salir al encuentro de Cristo con las lámparas encendidas (c. 670).