En Souvigny, de Borgoña, san Mayolo o Mayeul , abad de Cluny, quien, firme en la fe, seguro en la esperanza y repleto de una doble caridad, renovó numerosos monasterios de Francia e Italia.
Celebran hoy: Mayolo.
Ver másMonje franciscano, discípulo de San Francisco de Asís.
En Bizacena, san Mayulo, mártir en Adrumeto, que fue condenado a ser devorado por las fieras (s. II/III).
En Cagliari, en Cerdeña, san Ignacio de Láconi, religioso de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, quien por plazas y tabernas del puerto pedía incansablemente limosnas para socorrer las miserias de los pobres. Dios le enriqueció con especiales dones sobrenaturales que le atrajeron el aprecio de todas las clases sociales. Lo canonizó Pío XII en 1951.
En Nápoles, de la Campania, san Francisco de Jerónimo, presbítero de la Compañía de Jesús, que se dedicó a predicar misiones populares y al servicio pastoral de los marginados.
En Roma, en el vigésimo segundo miliario de la vía Salaria, san Antimo, mártir (s. III).
San Iluminado (Illuminato), monje benedictino, de la segunda mitad del siglo XIII.
En Varennes, de la región de Langres, también en la Galia, san Gangulfo (s. VIII).
En Verucchio, cerca de Forlí, en la Romaña, beato Gregorio Celli, presbítero de la Orden de los Ermitaños de San Agustín, de quien se dice que, después de haber sido rechazado por sus hermanos de religión, se retiró al monte Carnerio con los Hermanos Menores, en donde murió.
En el monasterio de Esterp, cerca de Limoges, en la Galia, san Gualterio, presbítero y superior de los canónigos, el cual, después de haberse ejercitado desde su infancia en el servicio de Dios, resplandeció por su mansedumbre para con sus hermanos y por su caridad hacia los pobres.
En Vienne, en la Galia Lugdunense, san Mamerto, obispo, que, con motivo de una inminente desgracia, instituyó en esta ciudad unas solemnes letanías para el triduo preparatorio de la fiesta de la Ascensión del Señor (c. 475).
En Bizancio, san Mocio, presbítero y mártir (s. inc.).
En Saigón, en Conchinchina (hoy Vietnam), san Mateo Lê Van Gâm, mártir, que fue detenido por introducir con su pequeña embarcación a los misioneros europeos y, al cabo de un año transcurrido en la cárcel, fue decapitado por orden del emperador Thiêu Tri.