Santos del día 11 de octubre

Beata María de Jesús d'Oultremont (s. XIX)

En Florencia, de la Toscana, beata María de Jesús (Emilia d'Oultremont d'Hooghvorst), la cual, nacida en Bélgica y madre de cuatro hijos, al quedar viuda, sin descuidar sus deberes maternos fundó y rigió la Sociedad de Hermanas de María Reparadora, confiando en el auxilio divino, y superando no pocas enfermedades, cuando regresaba a su patria terminó su terrena peregrinación, descansando en el Señor.

San Juan XXIII papa (s. XX)

En Roma, beato Juan XXIII, papa, cuya vida y actividad estuvieron llenas de una singular humanidad y se esforzó en manifestar la caridad cristiana hacia todos, trabajando por la unión fraterna de los pueblos. Solícito por la eficacia pastoral de la Iglesia de Cristo en toda la tierra, convocó el Concilio Ecuménico Vaticano II.

San Fermín de Uzés (s. VI)

En Uzés, de la Galia Narbonense, san Fermín, obispo, discípulo de san Cesáreo de Arlés, que enseñó a su pueblo el camino de la verdad (c. 552).

Santa María Soledad Torres Acosta (s. XIX)

En Madrid, España, santa María Soledad (Manuela) Torres Acosta, virgen, que desde su juventud demostró gran solicitud hacia los enfermos pobres, a los que atendió con total abnegación, especialmente al fundar la Congregación de las Siervas de María, Ministras de los Enfermos.

San Anastasio de Schemaris (s. VII)

Cerca de la fortaleza de Schemaris, en las montañas del Cáucaso, muerte de san Anastasio, presbítero, apocrisario de la Iglesia Romana y compañero en la confesión de la fe católica y en el destierro de san Máximo el Confesor, que entregó su espíritu a Dios mientras pronunciaba en la celebración de la santa Sinaxis: «Lo santo para los santos».

Beato Ángel Ramos Velázquez (s. XX)

En Barcelona, también en España, beato Ángel Ramos Velázquez, religioso de la Sociedad Salesiana y mártir, que libró el buen combate de la fe en tiempo de persecución.

San Bruno de Lotaringia (s. X)

En la ciudad de Colonia, en la Lotaringia, de Germania, san Bruno, obispo, que siendo hermano del emperador Otón I, recibió conjuntamente el gobierno de Lotaringia y la función episcopal, y llevó a cabo su misión sacerdotal con gran fidelidad, mostrando a la vez su gran magnanimidad como príncipe.

San Cánico de Irlanda (s. VI)

En la región de Ossory, en Hibernia (hoy Irlanda), san Cánico, abad del monasterio de Achad-bó (hoy Aghaboe), uno de los muchos que fundó.

San Felipe diácono (s. I)

Conmemoración de san Felipe, uno de los siete diáconos elegidos por los apóstoles, que convirtió a los samaritanos a la fe en Cristo, bautizó al eunuco de Candace, reina de los etíopes, y evangelizó todas las ciudades por las que pasaba hasta llegar a Cesarea, donde, según la tradición, descansó en el Señor (s. I).

San Gaudencio o Radzim (s. XI)

En Gniezno, ciudad de Polonia, san Gaudencio o Radzim, obispo, que hermano, según la carne y según el espíritu, de san Adalberto, obispo de Praga, compañero fiel suyo en los trabajos, testigo de su martirio, padeciendo también encarcelamientos (c. 1011).

San Gumaro de Lierre (s. VIII)

En Lierre, de Brabante, san Gumaro, que era soldado, pero, devoto de Dios, con sus bienes construyó un oratorio, donde a su muerte fue enterrado (c. 775).

Beato Jacobo de Ulma Griesinger (s. XV)

En Bolonia, de la Emilia, beato Jacobo de Ulma Griesinger, religioso de la Orden de Predicadores, el cual, aunque analfabeto, era muy buen pintor de vidrieras y daba ejemplo de constante trabajo y oración.

San Meinardo de Riga (s. XII)

En la ciudad de Riga, junto al mar Báltico, conmemoración de san Meinardo, obispo, que era monje en Germania, y ya anciano, cuando decidió dirigirse a Livonia para evangelizar aquel pueblo, construyó la iglesia de Üxkül, fue ordenado obispo y puso los cimientos de la fe cristiana en aquella región.

San Pedro Le Tuy (s. XIX)

En Hanoi, de Tonquín, san Pedro Le Tuy, presbítero y mártir, que, por su fe en Cristo, fue degollado en tiempo del emperador Minh Mang.

San Santino de Verdún (s. IV)

En Verdún, también en la Galia, san Santino, obispo, que, según se cree, fue el primero en predicar el Evangelio en esta ciudad (s. IV).

San Sármata de Tebaida (s. IV)

Conmemoración de san Sármata, abad en la Tebaida, que, siendo discípulo de san Antonio, recibió la muerte a manos de los sarracenos.