En Tarragona, en Hispania, san Hermenegildo, mártir, que siendo hijo de Leovigildo, rey arriano de los visigodos, fue convertido a la fe católica por san Leandro, obispo de Sevilla, y recluido en la cárcel por disposición de su padre al haberse negado a recibir la comunión de manos de un obispo arriano, el día de la fiesta de Pascua fue degollado por mandato de su propio padre.
Celebran hoy: Hermenegildo.
Ver másEn el monasterio de Fonte Avellana, en la Umbría, beato Albertini, ermitaño y prior de un grupo de eremitas, que antepuso la soledad a los honores y procuró conciliar las ciudades enemistadas entre sí.
En Menevia, de Cambria, en Gales, san Carádoco, presbítero y ermitaño, que siendo tañedor de arpa en el palacio real, al constatar que allí se quería más a los perros que a los hombres, decidió servir a Dios bajo la dirección del abad Teliavo.
En el monasterio de Santa María de Capelle, cerca de Wast, en la región de Boulogne, en Francia, beata Ida, la cual, viuda de Eustaquio, conde de Boulogne, brilló por su liberalidad hacia los pobres y por su celo en el decoro de la casa de Dios.
En el monasterio cisterciense de Val-des-Roses, en Brabante, beata Ida, virgen, que desde joven sufrió por parte de su padre antes de entrar en la vida religiosa y, con la austeridad cotidiana, imitó en su cuerpo a Cristo sufriente (c. 1290).
En la isla de La Reunion, en el Océano Índico, beato Scubilión (Juan Bernardo), religioso del Instituto de las Escuelas Cristianas, el cual enseñó incansablemente a los niños y ofreció ayuda a los pobres y esperanza a los esclavos.
En Tiferno Tiberino, de la Umbría, beata Margarita, virgen de las Hermanas de la Penitencia de Santo Domingo, que, ciega de nacimiento, deforme y abandonada, siempre confió, sin embargo, en el nombre de Jesús.
San Martín I, papa y mártir, que condenó la herejía de los monoteletas en el Concilio de Letrán y, por orden del emperador Constante II, fue arrancado de su sede por el exarca Calíopa, que entró por la fuerza en la basílica de Letrán, enviando al Pontífice a Constantinopla y encerrándolo en una dura mazmorra bajo estrecha vigilancia, siendo por fin desterrado al Quersoneso, donde, después de unos dos años, concluyeron sus tribulaciones, alcanzando la corona eterna.
En la aldea de Totoclán, en la región de Guadalajara, en México, san Saba Reyes, presbítero y mártir, que, por Cristo Sacerdote y Rey del Universo, fue ejecutado durante la persecución mexicana.
En Rávena, de la Flaminia, san Urso, obispo, que trasladó la sede episcopal desde Classe a esa ciudad, dedicando la iglesia catedral, bajo el título de la santa Anástasis, el día de Pascua, y en la misma fecha, después de algunos años, emigró a la gloria de la resurrección (c. 425).