Memoria de san Juan, obispo de Constantinopla y doctor de la Iglesia, antioqueño de nacimiento, que, ordenado presbítero, llegó a ser llamado "Crisóstomo" por su gran elocuencia. Gran pastor y maestro de la fe en la sede constantinopolitana, sufrió el destierro por la facción de sus enemigos, y al volver del exilio por decreto del papa san Inocencio I, como consecuencia de los maltratos recibidos de sus guardas durante el camino de regreso, entregó su alma a Dios en Comana, localidad del Ponto, el catorce de septiembre.
Ver másEn la ciudad de Angostura, en Colombia, beato Mariano de Jesús Euse Hoyos, presbítero, quien, sencillo e íntegro, se entregó totalmente a la oración, a los estudios y a la instrucción de los niños.
En Almería, de la región española de Andalucía, beato Aurelio María (Bienvenido) Villalón Acebrón, Hermano de las Escuelas Cristianas y mártir, fusilado en odio a la Iglesia.
En Toledo, en España, beata María de Jesús López de Rivas, virgen, de la Orden de Carmelitas Descalzas, que, humilde y sufriente tanto en el alma como en el cuerpo, vivió unida a los dolores de la Pasión del Señor.
En Sens, de Neustria (hoy Francia), san Amado, presbítero y abad, célebre por su austeridad, ayunos y amor a la soledad, presidió sabiamente el monasterio de Habend, que había fundado junto con san Romarico (c. 629).
En Bruel-sur-la-Lys, en la Galia Ambianense, tránsito de san Amado, obispo de Sion en la actual Suiza, muerto en el destierro al que le condenó el rey visigodo Teodorico III (c. 690).
En Valence, de la Galia Lugdunense, san Emiliano, venerado como primer obispo de esta ciudad (post 374).
En el litoral frente a Rochefort, en la costa norte de Francia, beato Claudio Dumonet, presbítero y mártir en tiempo de la Revolución Francesa, que siendo profesor, atados sus pies y manos con cadenas, fue recluido en una vieja nave, anclada en el mar, hasta morir enfermo por inanición.
En Ancira, de Galacia (hoy Ankara, en Turquía), san Julián, presbítero, mártir bajo el emperador Licinio (s. IV).
En Tours, en la Galia Lugdunense (hoy Francia), san Litorio, obispo, primer constructor de una iglesia dentro de los muros de la ciudad, por haber ya cristianos en ella.
En Cartago, en África, san Marcelino, mártir, que siendo alto funcionario imperial muy relacionado con los santos Agustín y Jerónimo, se le acusó de ser partidario del usurpador Heraclión y, aún siendo inocente, por defender la fe católica fue asesinado por los herejes donatistas.
En Angers, en la Galia Lugdunense (hoy Francia), san Maurilio, obispo, nacido en Milán y discípulo de san Martín de Tours, que fue ordenado presbítero por éste, poniéndole al frente del pueblo de Colonna, y después, elevado a obispo, centró su preocupación en desterrar las supersticiones de los campesinos paganos.
En la isla de Tiro Maggiore (hoy Palmarola), a orillas de la bahía de la Spezia, en la Liguria, de Italia, san Venerio, eremita (s. VII).