En Córdoba, en la provincia hispánica de Andalucía, santa Benilde, mártir, que, siendo ya anciana, encontró la muerte en la persecución desencadenada por los sarracenos.
Celebran hoy: Benilde.
Ver másEn Valencia, en España, santa María Micaela del Santísimo Sacramento Desmaisières, virgen, fundadora de la Congregación de las Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad, que con tenaz empeño e inflamada en el deseo de ganar almas para Dios, consagró su vida en volver al buen camino a las jóvenes descarriadas y a las meretrices.
Ver másEn Gniezno, en Polonia, beata Iolanda, abadesa, la cual, a la muerte de Boleslao el Piadoso, su esposo, abandonando todos los bienes temporales, y junto con su hijo, profesó como monja de la Orden de Santa Clara.
En Dorostoro, en Mesia (hoy Rumanía), san Esiquio, soldado, que fue detenido junto con san Julio, y después, bajo el prefecto Máximo, coronado con el martirio.
En Lucania, san Vito, adolescente mártir.
En Arvernia, en Aquitania, san Abrahán, monje, el cual, nacido a orillas del río Eufrates, visitó a los eremitas de Egipto y, detenido por los paganos, estuvo encarcelado durante cinco años. Más tarde, viajando a la Galia, se estableció entre los arvernios, retirándose al monasterio de Saint-Cyr, donde murió muy anciano.
En Saint-Crespin, en Hainaut, san Landelino, abad, que, convertido por san Autberto, abandonó el latrocinio para dedicarse a la virtud, fundando el monasterio de Lobbes y, seguidamente, el de Saint-Crespin, en el que falleció piadosamente (c. 686).
En Séez, en Neustria, san Lotario, obispo, que, depuesto de sus funciones, esperó la muerte viviendo como solitario.
En la aldea de Qianshengzhuang, cerca de la ciudad de Liushuitao, en la provincia de Hebei, en China, santa Bárbara Cui Lianzhi, mártir, que habiendo sido muerto su hijo, de noche escapó para salvarse, pero detenida por los enemigos de los cristianos, fue sometida a crueles torturas hasta que murió.
En Mont-Joux, en el Valais, san Bernardo de Menthone, presbítero, que siendo canónigo y arcediano de Aosta, durante muchos años habitó en las cumbres de los Alpes, fundando allí un célebre cenobio, y para acoger a los viajeros, en dos montes estableció refugios que llevan aún su nombre.
En Pibrac, en la región de Toulouse, en Francia, santa Germana, virgen, que al ser hija de padres desconocidos fue sometida desde niña a una vida servil a pesar de sus enfermedades, pero todo lo aguantó con ánimo decidido y rostro risueño, falleciendo a los veintidós años.
En Ratzeburg, de Holstein, en Germania, san Isfrido, obispo, quien conservó sus costumbres de canónigo premonstratense y trabajó en la conversión de los vendos.
En Bérgamo, en Italia, beato Luis María Palazzolo, presbítero, que fundó la Congregación de Hermanas Pobres y de los Hermanos de la Sagrada Familia.
En Londres, en Inglaterra, beato Tomás Scryven, mártir, monje de la Cartuja de esa ciudad, que en tiempo del rey Enrique VIII fue encarcelado por su fidelidad a la Iglesia y murió de hambre en prisión, alcanzando así la corona del martirio.
En Londres, en Inglaterra, beato Tomás Reding, mártir, monje de la Cartuja de esa ciudad, que reinando Enrique VIII fue encarcelado y encadenado por mostrarse fiel a la unidad de la Iglesia, muriendo consumido por el hambre y la enfermedad.