En Burdeos, en Gascuña, san Simón Stock, presbítero, que primero fue ermitaño en Inglaterra y después ingresó en la Orden de los Carmelitas, la cual rigió admirablemente, siendo célebre por su devoción singular a la Virgen María.
Ver másEn Persia, santos Abdas o Audas y Abieso, obispos y mártires, que fueron inmolados en tiempo del rey Sapor II, junto con treinta y ocho compañeros (375-376).
En Fermo, del Piceno, en Italia, san Adán, abad del monasterio de san Sabino (c. 1210).
En Irlanda, san Brendán o Brandano ("El Viajero"), abad de Clonfert, diligente propagador de la vida monástica, del cual se cuenta una navegación fabulosa (577/583).
En Janow, cerca de Pinsk, junto al río Pripet, en los confines de Polonia, san Andrés Bobola, presbítero de la Compañía de Jesús y mártir, que se esforzó de forma activa por la unión de los cristianos hasta que, habiendo sido capturado por unos soldados cosacos, dio gustosamente con su sangre el supremo testimonio de la fe muriendo decapitado el 16 de mayo de 1657.
En Persia, santos Abdás y Abieso, obispos y mártires, que fueron inmolados en tiempo del rey Sapor II, junto con treinta y ocho compañeros (375-376).
Conmemoración de san Posidio, obispo de Calama, en Numidia (hoy Guelma, en Argelia), discípulo y amigo fiel de san Agustín, quien le asistió en su muerte y escribió su admirable vida (c. 437)
En Troyes, en la Galia Lugdunense, san Fídolo, presbítero, de quien se narra que fue capturado por el rey Teodorico cuando devastaba Auvernia, pero fue liberado e instruido en el servicio divino por el abad san Aventino, al que sucedió (c. 540).
En Bretaña, san Carentoco, obispo y abad de Cardigan (s. VII).
En Toulouse, en Aquitania, san Germerio, obispo, que se afanó en extender el culto de san Saturnino y en asistir al pueblo que se le había confiado (s. VII).
En Amiens, de Neustria, san Honorato, obispo (c. 600). Patrono de los panaderos y pasteleros.
En el lugar de Bouhy, del territorio de Auxerre, en la Galia, san Peregrino, mártir, venerado como primer obispo de esta ciudad (s. IV/V).
En Gubbio, de la Umbría, san Ubaldo, obispo, que se entregó a la labor de reformar la vida común de los clérigos.
En la ciudad de Drohovych, en Ucrania, beato Vidal Vladimir Bajrak, presbítero de la Orden de San Josafat y mártir, que ante los perseguidores de la religión adquirió el fruto eterno por medio del combate de la fe.