Santos del día 18 de abril

San Perfecto (s. IX)

En Córdoba, en la región hispánica de Andalucía, san Perfecto, presbítero y mártir, que fue encarcelado y después degollado por los sarracenos, por haber combatido la doctrina de Mahoma y confesado con firmeza su fe en Cristo.

Celebran hoy: Perfecto.

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San Ursmaro (s. VIII)

En el cenobio de Lobbes, en Hainaut, san Ursmaro, obispo y abad, que propagó la Regla de san Benito y atrajo al pueblo a la fe cristiana.

San Elpidio

En Melitene, en Armenia, santos Elpidio y Hermógenes , mártires.

San Hermógenes

En Melitene, en Armenia, santos Hermógenes y Elpidio, mártires.

San Molasio (s. VII)

En Leighlin, en Irlanda, san Molasio o Laisren, abad, que extendió pacíficamente en la isla la celebración de la Pascua, según la costumbre romana.

Beato Román Archutowski

En el lugar de Majdanek, cerca de Lublín, en Polonia, beato Román Archutowski, presbítero y mártir, el cual, encarcelado por ser cristiano, fue torturado.

Beata María de la Encarnación Avrillot (s. XVII)

En Pontoise, cerca de París, beata María de la Encarnación (Bárbara) Avrillot, la cual, madre de familia ejemplar y mujer sumamente devota, introdujo el Carmelo en Francia, fundando cinco monasterios, y, muerto su esposo, abrazó la vida religiosa.

San Pusicio (s. IV)

En Persia, san Pusicio, mártir, prefecto de los artesanos del rey Sapor II, que por haber confortado al vacilante presbítero Ananías fue herido en el cuello y murió el Sábado Santo, ocupando así un lugar insigne en el grupo de mártires sacrificados después de san Simeón.

Beato José Moreau (s. XVIII)

En Anjou, en Francia, beato José Moreau, presbítero y mártir, que durante la Revolución Francesa fue degollado un Viernes Santo en odio a la fe cristiana.

San Juan Isauro (s. IX)

San Juan Isauro, monje, discípulo de san Gregorio Decapolita, que en tiempo del emperador León el Armenio luchó denodadamente defendiendo las santas imágenes (después de 842).

Beato Idesbaldo de Brujas (s. XII)

En Brujas, en Flandes, beato Idesbaldo o Ibesaldo, abad, el cual, después de perder a su esposa, sirvió durante treinta años en la corte de los condes de Flandes y, ya maduro, ingresó en el monasterio de Dune, del que fue tercer abad durante doce años.

San Galdino (s. XII)

En Milán, de Lombardía, san Galdino, obispo, que trabajó en la restauración de la ciudad destruida por la guerra y entregó a Dios su alma después de un sermón contra los herejes.

San Eusebio de Fano (s. VI)

En Fano, del Piceno, en Italia, san Eusebio, obispo, que acompañó al papa san Juan I en el viaje a Constantinopla impuesto por el rey Teodorico, y al regreso le siguió también en la prisión.

Santa Atanasia (s. IX)

En la isla Egina, santa Atanasia, viuda, que vivió como solitaria y fue también hegúmena, ilustre por sus virtudes y observancia monástica.

Santa Antusa (s. VIII)

En Constantinopla, santa Antusa, virgen, que, siendo hija del emperador Constantino Coprónimo, se dedicó a ayudar a los pobres, a redimir a siervos, a reparar iglesias y a edificar monasterios, recibiendo el hábito monástico de manos del obispo san Tarasio.

Beato Andrés de Montereale (s. XV)

En Montereale, en el Abruzo, beato Andrés, presbítero de la Orden de los Ermitaños de San Agustín, que se dedicó a predicar por Italia y Francia.

Beato Andrés Hibernón (s. XVII)

En la ciudad de Gandía, de la región de Valencia, en España, beato Andrés Hibernón, religioso de la Orden de los Hermanos Menores, que, siendo joven, fue expoliado por los ladrones, y después cultivó con empeño la pobreza.

Beata Sabina Petrilli (s. XX)

En Siena, de la Toscana, beata Sabina Petrilli, virgen, que fundó la Congregación de Hermanas de Santa Catalina de Siena, para la ayuda de jóvenes desamparadas y pobres.