En Roma, en la vía Labicana, santa Elena, madre del emperador Constantino, que tuvo un interés singular en ayudar a los pobres y acudía a la iglesia piadosamente confundida entre los fieles. Habiendo peregrinado a Jerusalén para descubrir los lugares del Nacimiento de Cristo, de su Pasión y Resurrección, honró el pesebre y la cruz del Señor con basílicas dignas de veneración (c. 329).
Celebran hoy: Ele, Elena, Elenita, Helen, Helena.
Ver másEn el monasterio de la Visitación, de Moulins, en Francia, muerte de santa Juana Francisca Frémiot de Chantal (Santa Juana de Chantal), cuya memoria se celebra en agosto (el 12 o el 18).
En Santiago de Chile, beato Alberto Hurtado Cruchaga, presbítero de la Compañía de Jesús, que fundó una obra para que los pobres que carecen de techo y los vagabundos, sobre todo niños, pudieran encontrar un verdadero y familiar hogar.
En Palestrina, en el Lacio, san Agapito, mártir.
En Myra, de Licia, san León, mártir (s. III/IV).
En el monasterio de Cava, en la Campania, beato Leonardo, abad, hombre sumamente pacífico.
En la localidad llamada Rafelbunyol, en el territorio de Valencia, en España, beato Vicente María Izquierdo Alcón, presbítero y mártir, que recibió la muerte por odio contra la fe.
En Ravena, en la Romaniola, beato Reinaldo de Concorégio, obispo, ilustre por su celo, prudencia y caridad.
En Arlés, en la Provenza, san Eonio, obispo, que defendió su iglesia del error de Pelagio y recomendó a su pueblo como sucesor suyo a san Cesáreo, a quien él mismo había ordenado de presbítero.
En Metz, en la Galia Bélgica, san Fermín, obispo (s. IV).
En Mantua, de la Lombardía, beata Paula Montaldi, virgen, abadesa de la Orden de las Clarisas, que se distinguió por su devoción a la pasión del Señor y por su constante oración y austeridad.
En una nave destinada a trabajos forzados, anclada frente a Rochefort, en Francia, beato Antonio Banassat, presbítero y mártir, que, por ser párroco, en el furor de la Revolución Francesa fue detenido por odio a la fe y, muerto por inanición, emigró al Señor.
En Alcañiz, cerca de la región de Tortosa, en España, beato Martín Martínez Pascual, presbítero y mártir. Miembro de la Sociedad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, recibió en la misma persecución y en el mismo día la corona de la gloria.
En Valdemoro, cerca de Madrid, en España, beato Francisco Arias Martín, presbítero y mártir, que siendo novicio en la Orden de San Juan de Dios, en corto tiempo, durante la persecución religiosa recorrió el camino de la perfección.
En Bitinia, muerte de san Macario, hegúmeno del monasterio de Pelecete, que, en tiempo del emperador León V, sufrió muchas pruebas por la defensa de las sagradas imágenes, muriendo en el destierro.