Santos del día 18 de julio

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San Federico de Utrecht (s. IX)

En Utrecht, ciudad de Güeldres, en Austrasia, san Federico, obispo, que, ilustre por sus conocimientos sobre las Sagradas Escrituras, se dedicó incansablemente a la evangelización de los frisones.

Celebran hoy: Fede, Federico, Freddy, Frederic, Frederick.

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Santa Sinforosa e hijos (s. III)

En la vía Tiburtina, a nueve miliarios de la ciudad de Roma, conmemoración de los santos Sinforosa y sus siete hijos mártires: Crescente, Julián, Nemesio, Primitivo, Justino, Estacteo y Eugenio, todos mártires, que padecieron de diversos modos el sufrimiento que los hermanó en Cristo (s. III/ IV).

Celebran hoy: Sinforosa.

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Santa Gundena de Cartago (s. IV)

Santa Gundena, virgen y mártir, Cartago, 362

Santa Teodosia de Constantinopla (s. VIII)

En Constantinopla, santa Teodosia, monja, que sufrió el martirio por oponerse a que se tirase, como había ordenado el emperador León Isáurico, una imagen de Cristo desde lo alto de la llamada Puerta de Bronce (s. VIII).

San Emiliano de Doróstoro (s. IV)

En Doróstoro, en Mesia, san Emiliano, mártir, que despreciando los edictos de Juliano el Apóstata y las amenazas de su vicario Catulino, derrumbó el altar de los ídolos para impedir los sacrificios, por lo que fue arrojado a un horno ardiente, alcanzando así la palma del martirio.

San Arnulfo de Metz (s. VII)

En Metz, ciudad de Austrasia, san Arnulfo, obispo, consejero de Dagoberto, rey de Austrasia, cargo al que renunció para abrazar la vida eremítica en los Vosgos.

Beata Tarsicia Mackiv (s. XX)

En la aldea de Krystonopil, en Ucrania, beata Tarsicia (Olga) Mackiv, vírgen de la Congregación de las Hermanas Siervas de María Inmaculada y mártir, que, en tiempo de guerra, consiguió ante sus perseguidores dos victorias: la de la virginidad y la del martirio.

San Rufilo de Forlimpopoli (s. V)

En la ciudad de Forlimpopoli, en la Emilia, san Rufilo, obispo, que parece haber sido el primero que gobernó esta Iglesia, desde la que ganó para Cristo a la gente de los alrededores (s. V).

San Filastrio de Brescia (s. IV)

En Brescia, en la región de Venecia, san Filastrio, obispo, cuya vida y muerte alabó su sucesor san Gaudencio (c. 397).

San Bruno de Segni (s. XII)

En Segni, en el Lacio, san Bruno, obispo, que trabajó intensamente en la reforma de la Iglesia, por lo que tuvo que sufrir mucho y se vio incluso obligado a dejar su diócesis, encontrando refugio en Montecasino, monasterio del que fue abad durante un tiempo.

Santo Domingo Nicolás Dinh Dat (s. XIX)

En la ciudad de Nam Dinh, en Tonquín, santo Domingo Nicolás Dinh Dat, mártir, que, siendo soldado, le forzaron a renunciar a la fe cristiana, consiguiendo, después de crueles tormentos, que pisase una cruz, pero inmediatamente se arrepintió y, devuelto lo que había recibido por apostatar, escribió al emperador Minh Mang pidiéndole que le juzgasen de nuevo como cristiano que era, a causa de lo cual murió estrangulado.

San Materno de Milán (s. IV)

En Milán, ciudad de la Liguria, san Materno, obispo, que, alcanzada la paz de la Iglesia, trasladó con gran solemnidad desde Lodi a esta ciudad los cuerpos de los mártires Nabor y Félix (s. IV).

Beato Simeón de Lipnica (s. XV)

En Cracovia, ciudad de Polonia, beato Simeón de Lipnica, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, insigne por su predicación y por su devoción al nombre de Jesús, que, impulsado por su caridad, se entregó al cuidado de los apestados moribundos, deseando ardientemente incluso morir por ellos.

Beato Juan Bautista de Bruselas (s. XVIII)

Cerca de Rochefort, en la costa de Francia, beato Juan Bautista de Bruselas, presbítero de Limoges y mártir, que durante la Revolución Francesa fue apresado en una nave destinada al traslado de esclavos, en la que, consumido de miseria y atacado por la peste, descansó en el Señor.