En el monasterio de Silos, de la región de Castilla, en España, san Domingo, abad, el cual, siendo ermitaño, restauró después este monasterio relajado, introdujo la disciplina y favoreció día y noche la alabanza divina.
Ver másEn Roma, junto al cementerio de Calixto, en la vía Apia, sepultura de san Zeferino, papa, el cual gobernó la Iglesia durante dieciocho años y mandó a su diácono san Calixto construir para la Iglesia Romana el citado cementerio (217/218).
En Antioquía, en Siria, san Filogonio, obispo, que, por voluntad de Dios, siendo abogado fue llamado a regir esta Iglesia, y junto con el obispo san Alejandro y compañeros fue el primero en luchar contra Arrio por la fe católica, descansando en el Señor lleno de méritos. San Juan Crisóstomo le celebra con gran encomio.
En el monte Jura, en la ribera del Doubs, entre los helvecios, san Ursicino, discípulo de san Columbano, que primero llevó vida eremita en la soledad y, después de ser decubierto, indujo a muchos a abrazar este género de vida (c. 620).
También en Roma, en la vía Salaria Antigua, en el cementerio junto a las Siete Palomas, san Liberal (Liberado o Liberato), mártir, el cual, según se dice, ejerció el oficio de cónsul (s. inc.).
En Tor Ottava, de Nápoles, en la Campania, beato Vicente Romano, presbítero, que, siendo párroco, se dedicó con todas sus fuerzas a la educación de los niños y a las necesidades de los obreros y pescadores.
En el campo de concentración de Sachsenhuse, en Alemania, beato Miguel Piaszczynski, presbítero y mártir, que, polaco de orígen, fue encarcelado en el extranjero a causa de la fe y, soportados los tormentos, pasó a la gloria celeste (1940).