Santa Irene o Santa Iría joven virgen portuguesa que murió asesinada por un pretendiente despechado cuando se hizo monja.
Celebran hoy: Ire, Irene, Irina.
Ver másEn Savigny, en Normandía, santa Adelina, primera abadesa del monasterio de Mortain, el cual fundó con la ayuda de san Vital, su hermano (c. 1125).
En Treviso, en Italia, santa María Bertila (Ana Francisca) Boscardin, virgen de la Congregación de las Hermanas de Santa Dorotea de los Sagrados Corazones, que en su trabajo en un hospital se mostró solicita de la salud corporal y espiritual de los enfermos.
Leopardo fue obispo en el siglo V.
En Lviv, de Rutenia, beato Jacobo Strepa, obispo de Halyc, de la Orden de los Hermanos Menores, ilustre por su solicitud pastoral y por sus virtudes apostólicas.
En Viena, en Austria, beato Jacobo (Francisco Alejandro) Kern, presbítero de la Orden Premonstratense, que, movilizado durante la guerra, fue herido en combate y, más tarde, se entregó al ministerio pastoral. Afectado por una larga y penosa enfermedad, la sobrellevó con admirable fortaleza de ánimo (1924).
En París, en Francia, beata María Teresa de Soubiran La Louvière, virgen, que fundó la Sociedad de María Auxiliadora, para mayor gloria de Dios, y al ser expulsada de la misma, paso el resto de su vida en la humildad.
En la ciudad de Troyes, junto al Sena, en la Galia, san Aderaldo, arcediano, que con sus palabras y sus ejemplos ilustro la regla canonical, incluso durante su encarcelamiento entre los sarracenos en Tierra Santa (c. 1002).
En Constantinopla, san Andrés, llamado "in Crisi" o "Calibita", monje y mártir, el cual, nacido en la isla de Creta, por defender el culto de las santas imágenes, en tiempo del emperador Constantino Coprónomo fue flagelado y torturado hasta la muerte, siendo precipitado desde lo alto de la muralla.
En la ciudad de Agen, en Aquitania, san Caprasio, mártir (c. 303).
Conmemoración de san Cornelio, centurión, que en la ciudad de Cesarea, en Palestina, fue bautizado por el apóstol san Pedro, como primicia de la Iglesia de los gentiles (s. I).
En Aussonce, en la región de Reims, en Neustria, san Sindulfo, eremita, que escogió la vida solitaria, solamente conocido por Dios (c. 600).
En Salzburg, de Baviera, san Vital, obispo, el cual, originario de Hibernia (hoy Irlanda), fue discípulo de san Ruperto, compañero en sus viajes e imitador de sus trabajos y vigilias, y elegido su sucesor, convirtió a la fe de Cristo a la población de Pinsgau (c. 730).