En Londres, en Inglaterra, beato Tomás Holland, presbítero de la Compañía de Jesús y mártir, el cual, realizando su ministerio clandestinamente, en tiempo del rey Carlos I fue condenado a la pena capital y ahorcado, entregando así su espíritu.
También la conmemoración de san Isquirión, mártir en Egipto, el cual, por rehusar sacrificar, entre burlas e injurias fue atravesado por las entrañas con una puntiaguda pértiga, y así entregado a la muerte (c. 250).
En Utrech, del Gueldres, en la Lotaringia, san Hungero, obispo.
Conmemoración de los santos Queremón, obispo de Nilópolis, y otros muchos mártires en Egipto, algunos de los cuales, durante la persecución bajo el emperador Decio, se dieron a la fuga y, errando por lugares solitarios, parte sucumbieron ante las fieras, otros, consumidos por el hambre, el frío y la enfermedad, y el resto, finalmente, exterminados por los bárbaros y los ladrones, y así, todos, muriendo diversamente, fueron coronados con la gloria del martirio.