Memoria de san Policarpo, obispo y mártir, discípulo de san Juan y el último de los testigos de los tiempos apostólicos, que en tiempo de los emperadores Marco Antonino y Lucio Aurelio Cómodo, cuando contaba ya casi noventa años, fue quemado vivo en el anfiteatro de Esmirna, en Asia, en presencia del procónsul y del pueblo, mientras daba gracias a Dios Padre por haberle contado entre los mártires y dejado participar del cáliz de Cristo (c. 155).
Celebran hoy: Policarpo.
Ver másEn Stilo, en Calabria, san Juan, que fue monje según los estatutos de los Padres orientales y mereció ser llamado "Terestes" o "Segador", distinguiéndose por su caridad hacia los pobres, en cuyo favor acostumbraba a ayudar a los segadores (s. XI)).
En Sirmio, en Panonia, san Sireno o Sinerio, mártir, de oficio hortelano, que fue denunciado por una mujer a la que había reprochado su lascivia, y por haber declarado ante el juez su condición de cristiano y por negarse a sacrificar a los dioses, fue decapitado (c. 307).
En Wenlock, en Inglaterra, santa Milburga o Milburgues, virgen, de la familia real de Mercia, que fue abadesa de ese monasterio (c. 722).