Santos del día 25 de junio

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San Máximo de Turín (s. V)

En Turín, en la provincia de Liguria, san Máximo, primer obispo de esta sede, que llamó al pueblo pagano a la fe de Cristo con su paterna palabra, y con sólida doctrina lo condujo al premio de la salvación eterna (c. 408-423).

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San Galicano de Alejandría (s. IV)

San Galicano, mártir y cónsul en Alejandría, exaltado a la honra del triunfo, y privado del Emperador Constantino. Convirtiéronle a la fe de Jesucristo los Santos Juan y Pablo, y se retiró junto con San Hilarino a Ostia, en donde se dedicó todo a la hospitalidad y al servicio de los enfermos; lo cual divulgándose por todo el mundo, venían muchos de diversas partes al ver el que de patricio y cónsul se bajaba a lavar los pies a los pobres, a ponerles la mesa, a lavarles las manos, y a servirles con mucho cuidado en sus enfermedades; y se ejercitaba en todas las demás obras de misericordia. Desterrado de Ostia por órden de Juliano Apóstata, se fue a Alejandría, en donde forzándole el juez Rauciano a que adorase a los ídolos, lo rehusó con constancia; por lo cual lo mandó degollar, y consiguió la corona del martirio. 362.

San Sosíprato (s. I)

San Sosípatro, discípulo. de San Pablo, Berea (Asia Menor), s. I. Habiendo sido enviado por el mismo apóstol San Pablo a predicar el Evangelio a la isla de Córcega, fue después Obispo de Iconio. Vuelto después a Córcega, Cercilino, rey de la isla, madó que fuese atormentado juntamente con siete ladrones, a los cuales había convertido estando en la cárcel; pero mientras los Santos estaban sufriendo, bajó fuego del cielo que consumió a los dos hijos y a la esposa del Rey. En vista del milagro, el Rey invocó al Dios de Sosipatro, y después fue bautizado.

San Adalberto (s. VIII)

En Egmon, de Frisia, san Adalberto, diácono y abad, que ayudó a san Willibrordo con evangélica fidelidad (s. VIII in.).

Santa Eurosia (s. VIII)

En Jaca, en la Hispania Tarraconense, santa Eurosia (Orosia), virgen y mártir (c. 714).

San Próspero de Reggio (s. V)

En Reggio, de la región de Emilia, san Próspero, obispo (s. V/VI)

San Próspero de Aquitania (s. V)

Conmemoración de san Próspero de Aquitania, quien, instruido en filosofía y en letras, llevó con su esposa una vida íntegra y modesta. Habiendo abrazado la vida monástica en Marsella, defendió enérgicamente contra los pelagianos la doctrina de san Agustín sobre la gracia divina y el don de la perseverancia, y en Roma fue escribano del papa san León I Magno (c. 463).

Beata Dorotea de Montau (s. XIV)

En la ciudad de Marienwerder (hoy Kwidzyn), en la Prusia polaca, beata Dorotea de Montau, que al quedar viuda se hizo construir una celda junto a la catedral para ocuparla como reclusa, viviendo entregada a la oración y a la penitencia.

San Guillermo de Goleto (s. XII)

En Goleto, cerca de Nusco, en la Campania, san Guillermo, abad, el cual, nacido en Vercelli, se hizo peregrino y pobre por amor de Cristo y, aconsejado por san Juan de Matera, fundó el monasterio de Montevergine, en el que reunió a unos monjes a los que impartió una profunda doctrina espiritual. Después fundó también otros varios monasterios masculinos y femeninos, en la Italia meridional.

Beato Juan Hispano (s. XII)

En la Cartuja de Le Reposoir, en Saboya, beato Juan, apellidado «Hispano», monje, que escribió las Instituciones para las monjas de la Orden cartujana.

San Moloc de Escocia (s. VI)

En Roosmarkei, en Escocia, san Moloc o Luano, obispo (c. 592).

San Salomón de Bretaña (s. IX)

En Bretaña Menor, san Salomón, mártir, que mientras fue rey instituyó sedes episcopales, amplió los monasterios y conservó la justicia, pero al renunciar a su cargo fue cegado y muerto por sus enemigos en la Iglesia.

Santa Tigris de Maurienne (s. VI)

En Maurienne, en Saboya, santa Tigris, virgen, que se dedicó a propagar allí el culto a san Juan, el Precursor (s. VI).

San Francisco Do Minh Chieu (s. XIX)

En la ciudad de Nam Dinh, en Tonquín, santos Domingo Henares, obispo de la Orden de Predicadores, y Francisco Do Minh Chieu, mártires, el primero de los cuales propagó la fe cristiana durante cuarenta y nueve años, y el segundo trabajó con él como catequista, siendo ambos degollados por su fe en Cristo, en tiempo del emperador Minh Mang.

Santo Domingo Henares (s. XIX)

En la ciudad de Nam Dinh, en Tonquín, santos Domingo Henares, obispo de la Orden de Predicadores, y Francisco Do Minh Chieu, mártires, el primero de los cuales propagó la fe cristiana durante cuarenta y nueve años, y el segundo trabajó con él como catequista, siendo ambos degollados por su fe en Cristo, en tiempo del emperador Minh Mang.