Santos del día 29 de agosto

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San Juan Bautista (Martirio) (s. I)

Memoria del martirio de san Juan Bautista, al que Herodes Antipas retuvo encarcelado en la fortaleza de Maqueronte y a quien, en el día de su cumpleaños, mandó decapitar a petición de la hija de Herodías. De esta suerte, el Precursor del Señor, como lámpara encendida y resplandeciente, tanto en la muerte como en la vida dio testimonio de la verdad (s. I).

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San Víctor de Nantes (s. VII)

En la región de Nantes, en la Bretaña Menor, san Víctor, solitario, que vivió recluido en un pequeño oratorio, construido por él mismo junto a Bonchamp (c. s. VII).

San Mederico de Autun (s. VII)

En París, en Neustria, san Mederico, presbítero y abad de Autun, que vivió en un paraje retirado, cerca de la ciudad (c. 700).

Santa Teresa Bracco (s. XX)

En la aldea de Santa Giulia, en el Piamonte, de Italia, beata Teresa Bracco, virgen y mártir, que en tiempo de guerra, estando trabajando en el campo, murió a causa de las heridas que le causaron los golpes de unos soldados, al defender valientemente su castidad.

Beata Sancha Szymkowiak (s. XX)

En Poznan, ciudad de Polonia, beata Sancha (Joanina) Szymkowiak, virgen, de la Congregación de la Hijas de la Bienaventurada Virgen María de los Dolores, que, en medio de las dificultades de la guerra, se ocupó con gran entrega de los detenidos en las cárceles.

Santa Sabina de Roma (s. V)

En Roma, conmemoración de santa Sabina, cuya iglesia titular construida en el monte Aventino lleva su nombre, digno de veneración (422-432).

Beato Ricardo Herst (s. XVII)

En Lancaster, en Inglaterra, beato Ricardo Herst, mártir, padre de familia y labrador, que, acusado falsamente de un crimen de homicidio, por su fe en Cristo fue condenado a morir en la horca en tiempo del rey Jacobo I.

Beata María de la Cruz Jugan (s. XIX)

En Renes, en Francia, beata María de la Cruz (Juana) Jugan, virgen, que fundó la Congregación de las Hermanitas de los Pobres, para pedir limosna por Dios para los pobres, y expulsada injustamente de la dirección del Instituto, pasó el resto de su vida en la oración y en la humildad.

Beato Luis Vulfilocio Huppy (s. XVIII)

En el litoral frente a Rochefort, en Francia, beato Luis Vulfilocio Huppy, presbítero y mártir, que, retenido de una manera inhumana, por ser sacerdote, en una vieja nave durante la Revolución Francesa, murió víctima de enfermedad.

Beato Francisco Monzón Romeo (s. XX)

En la localidad de Híjar, cerca de Teruel, en España, beato Francisco Monzón Romeo, presbítero de la Orden de Predicadores y mártir, que, durante la misma persecución, confirmó con la propia sangre su fidelidad para con el Señor.

Beato Edmundo Ignacio Rice (s. XIX)

En Watherford, en Irlanda, beato Edmundo Ignacio Rice, que con todo entusiasmo y perseverancia se entregó a la formación de los niños y de los jóvenes, en difíciles condiciones. Para el auge de esta obra fundó la Congregación de los Hermanos Cristianos y la de los Hermanos de la Presentación.

Beato Domingo Jedrzejewski (s. XX)

En el campo de concentración de Dachau, cerca de Munich, en Baviera, de Alemania, beato Domingo Jedrzejewski, presbítero y mártir, que en el furor de la guerra, expulsado de Polonia y detenido en una prisión extranjera, por Cristo murió torturado.

Beato Constantino Fernández Álvarez (s. XX)

En Valencia, en España, beato Constantino Fernández Álvarez, presbítero de la Orden de Predicadores y mártir, que, en el tiempo de la persecución, llevó a cabo su prueba por la fe.

Beata Bronislava de Cracovia (s. XIII)

Cerca de Cracovia, en Polonia, beata Bronislava, virgen de la Orden de los Premostratenses, que quiso llevar una vida humilde y escondida, y destruido su monasterio por los tártaros, permaneció en una choza viviendo a solas con Dios.

Santa Basila de Sirmio (s. IV)

En Sirmio, de Panonia, santa Basila (s. III/IV).

San Adelfo de Metz (s. V)

En Metz, de la Galia Bélgica, san Adelfo, obispo (s. V).

San Sebbo de Inglaterra (s. VII)

En Londres, en Inglaterra, conmemoración de san Sebbo, que, siendo rey de los sajones orientales, muy devoto del Señor, dejó el reinado y quiso morir con el hábito monacal, que largo tiempo había deseado (c. 693).