Abad, discípulo de San Columbano, que fundo diversos monasterios en Francia en el siglo VII,
Celebran hoy: Eustasio.
Ver másConmemoración de San Armogastes, San Arquinimo y San Saturno, mártires, que en África, en tiempo de la persecución desencadenada por los vándalos bajo el rey arriano Genserico, sufrieron graves suplicios y oprobios por la confesión de la verdad (c. 462).
Conmemoración de San Armogastes, San Arquinimo y San Saturno, mártires, que en África, en tiempo de la persecución desencadenada por los vándalos bajo el rey arriano Genserico, sufrieron graves suplicios y oprobios por la confesión de la verdad (c. 462).
Conmemoración de San Armogastes, San Arquinimo y San Saturno, mártires, que en África, en tiempo de la persecución desencadenada por los vándalos bajo el rey arriano Genserico, sufrieron graves suplicios y oprobios por la confesión de la verdad (c. 462).
En el Monte Carmelo, en Palestina, beato Bertoldo, que, siendo militar, fue admitido entre los hermanos que vivían vida religiosa en este monte, y más adelante, elegido prior, encomendó la piadosa comunidad a la Madre de Dios (c. 1188).
En Nápoles, de la Campania, conmemoración de san Eustasio, obispo (s. III).
En Poitiers, en Aquitania, san Guillermo Tempier, obispo, que, prudente y firme, defendió contra los nobles la Iglesia a él encomendada, ofreciendo en su persona un integérrimo ejemplo de vida.
En Salisbury, en Inglaterra, conmemoración del beato Juan Hambley (John Hambley), presbítero y mártir, que en tiempo de la reina Isabel I, por ser sacerdote, se conformó a la pasión de Cristo subiendo al patíbulo en un día desconocido de este mes, cercano a la Pascua del Señor.
En Wismar, de Holstein, en Alemania, san Ludolfo, obispo de Ratzeburg y mártir, que por defender la libertad de la Iglesia fue arrojado a una reducida cárcel por mandato del duque Alberto, donde quedó tan agotado corporalmente que, al ser liberado de prisión, emigró hacia el Señor.
Conmemoración de san Marcos, obispo de Aretusa, en Siria, que durante la controversia arriana no se desvió lo más mínimo de la fe ortodoxa y, bajo el emperador Juliano el Apóstata, fue perseguido. San Gregorio Nacianceno lo saludó como varón eximio y santísimo anciano.