En Tánger, de Mauritania, pasión de san Marcelo, centurión, que el día del cumpleaños del emperador, mientras los demás sacrificaban, se quitó las insignias de su función y las arrojó al pie de los estandartes, afirmando que por ser cristiano no podía seguir manteniendo el juramento militar, pues debía obedecer solamente a Cristo, e inmediatamente fue degollado, consumando así su martirio.
Celebran hoy: Marcelo.
Ver másEn la ciudad de León, en Hispania, santos Claudio, Lupercio y Victorio, mártires, que en la persecución bajo el emperador Diocleciano sufrieron la muerte por Cristo (c. 303/304).
En la localidad de Dolinka, cerca de Karaganda, en el Kazajstan, beato Alejo Zaryckyj, presbítero y mártir, que en un régimen contrario a Dios fue deportado a un campo de concentración, y en el combate por la fe alcanzó la vida eterna.
En Acri, localidad de Calabria, beato Ángel de Acri, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, que viajó por todo el reino de Nápoles predicando la Palabra de Dios en un estilo adaptado a la gente sencilla.
En Cividale di Friuli, en la región de Venecia, beata Bienvenida Boiani, virgen, hermana de Penitencia de santo Domingo, que pasó toda su vida entregada a la oración y a la austeridad.
En Alejandría, de Egipto, santa Eutropia, mártir, que, por rehusar negar a Cristo, fue torturada cruelmente hasta la muerte (c. s. III).
En Potenza, ciudad de la Lucania, san Gerardo, obispo.
En Capua, en la Campania, san Germán, obispo, del que habla el papa san Gregorio I Magno en sus escritos (c. 540).
En la ciudad de Angers, en Francia, beato Juan Miguel Langevin, presbítero y mártir, degollado por razón de su sacerdocio, siendo el primero de una larga lista de más de ciento hombres y mujeres que, durante la Revolución Francesa, permanecieron unánimes y constantes en la confesión de la fe cristiana.
En Winchester, en Inglaterra, beato Juan Slade, mártir, que, por negar la competencia de la reina Isabel I en las cuestiones espirituales, fue ahorcado y descuartizado.
En la ciudad de León, en Hispania, santos Claudio, Lupercio y Victorio, mártires, que en la persecución bajo el emperador Diocleciano sufrieron la muerte por Cristo (c. 303/304).
En la ciudad de León, en Hispania, santos Claudio, Lupercio y Victorio, mártires, que en la persecución bajo el emperador Diocleciano sufrieron la muerte por Cristo (c. 303/304).
En Siracusa, de Sicilia, san Marciano, considerado como primer obispo de esta ciudad (s. II).
En Limerick, de Irlanda, muerte del beato Terencio Alberto O’Brien, obispo y mártir, de la Orden de Predicadores, que, nombrado para la sede de Emly, trabajó con empeño en favor de los afectados por la peste, pero, bajo el régimen de Oliver Cromwell, fue detenido por los soldados y conducido al patíbulo en odio a la fe católica.
En Cuma, de la Campania, san Máximo, mártir (c. 303).
Conmemoración de san Serapión, obispo de Antioquía, célebre por su erudición y doctrina, que dejó gran fama de santidad (c. 211).