En Lecce, de la Apulia, beato Felipe Smaldone, presbítero, que se dedicó a atender a los sordos y ciegos indigentes, para instruirlos humana y cristianamente. Fundó la Congregación de las Hermanas Salesianas de los Sagrados Corazones.
En Agnone, del Abruzo, san Francisco Caracciolo, presbítero, fundador de la Congregación de Clérigos Regulares Menores, que amó de modo admirable a Dios y al próximo.
En Servigliano, del Piceno, en Italia, san Gualtero (Walter), abad del monasterio de este lugar.
En Constantinopla, san Metrófano, obispo de Bizancio, que consagró al Señor la Nueva Roma.
En Milevi, en Numidia, conmemoración de san Optato, obispo, en cuyos escritos trató sobre la universalidad de la Iglesia, la necesidad de la íntima unidad de los cristianos y los errores cometidos por los donatistas (s. IV).
En Cornualles, san Petroco, abad, originario de Gales.
En Sabaria (hoy Szombathely), de Panonia, pasión de san Quirino, obispo de Sisak (hoy Siszeck), en el Illirico, y mártir, que bajo el emperador Galerio fue arrojado a un río con una rueda de molino atada al cuello.
En la isla de Cerdeña, santos Nicolás y Trano, eremitas (s. XII).