En Soissons, de nuevo en la Galia, san Medardo, obispo de Viromande, quien trasladó su sede de esa ciudad a la de Noyon, desde la cual trabajó para convertir al pueblo de la superstición pagana a la doctrina de Cristo.
Celebran hoy: Medardo.
Ver másEn Metz, de Austrasia, en la Galia, san Clodulfo, obispo, hijo de san Arnulfo y consejero real (c. 660).
En Rouen, en la Galia, san Gildardo, obispo.
En Fano, del Piceno, en Italia, san Fortunato, obispo, que trabajó en la redención de cautivos (s. VI).
En York, en Inglaterra, san Guillermo Fitzherbert, obispo, varón amable y benigno, que fue depuesto injustamente de su sede y se refugió entre los monjes de Winchester, pero restituido después en sus funciones, perdonó a sus enemigos y procuró la paz entre todo el pueblo.
En Ambiatibé, en Madagascar, beato Jacobo Berthieu, presbítero de la Compañía de Jesús y mártir, que en tiempos de paz y de guerra trabajó incansable en favor del Evangelio, siendo tres veces expulsado de las misiones, y finalmente, por odio a la fe, tras ser invitado a la apostasía, fue pisoteado hasta la muerte.
En Londres, de nuevo en Inglaterra, beato Juan Davy, diácono de la Cartuja de esa ciudad y mártir, que bajo Enrique VIII, por su fidelidad a la Iglesia y al Romano Pontífice, fue encarcelado hasta morir de hambre.
En Oporto, en Portugal, beata María del Divino Corazón de Jesús Droste zu Vischering, de la Congregación de las Hermanas de la Caridad del Buen Pastor, que promovió con tesón la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
En la aldea de Kuzhikkattussery, de la región de Kerala, en la India, beata María Teresa Chiramel Mankidiyan, virgen, que llevó vida eremítica en medio de una austera penitencia y buscó a Cristo en los más pobres y abandonados, fundando la Congregación de las Hermanas de la Sagrada Familia
En Aix, de la Provenza, en la Galia, san Maximino, al que se atribuye el comienzo de la fe cristiana en esta ciudad (s. I inc.).
En Cagliari, de Cerdeña, en Italia, beato Nicolás de Gesturi (Juan) Medda, religioso de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, el cual, siempre preparado para atender a los pobres, con el ejemplo de su virtud y de su benignidad incitó a muchos al amor hacia los más necesitados.