En Lérida, en España, beato Francisco de Paula Castelló i Aleu, mártir, que, condenado en la referida persecución religiosa, arrostró la muerte con ánimo apacible y gran fortaleza.
Francisco de Paula Castelló y Aleu nace en Alicante, el 19 de abril de 1914. Tenía sólo dos meses cuando murió su padre, Francesc Castelló Salué. Su madre, Teresa Aleu Andreu, maestra, cristiana ejemplar y excelente educadora, se hizo cargo de la familia. Ella le impartió la enseñanza primaria en los diversos pueblos de su carrera de maestra nacional y muere cuando Francisco, el pequeño de sus tres hijos, ha cumplido 15 años. A partir de entonces, su tía María Castelló, hermana de su padre, hará de madre solícita de Francisco y sus hermanas Teresa y María.
A los 12 años comenzó el bachillerato como alumno interno en los Maristas (Lérida). Y en el Instituto Químico de Sarriá, dirigido por padres Jesuitas, obtuvo su licenciatura en Ciencias Químicas.
En 1935 está ya en la ciudad de Lérida, trabajando como ingeniero químico en la fábrica Cros, S.A. Contribuyó a perfeccionar su formación su asidua asistencia y participación activa en los actos de la Congregación Mariana de Lérida y de Barcelona, de la Acción Católica, y en los de la Federación de Jóvenes Cristianos -los fejocistas-, una rama de Acción Católica de España que acabó siendo su asociación predilecta.
La guerra civil le sorprende mientras realizaba el servicio militar. Denunciado por uno de los comandantes, fue condenado por un tribunal popular a ser fusilado y murió mártir de la fe católica el día 29 de septiembre de 1936, cuando contaba con 22 años.
El 11 de Marzo de 2001, S.S. Juan Pablo II, en la Plaza de San Pedro, declara Beato a Francisco Castelló Aleu, elevándolo a los altares.