En Madrid, España, beata María Cecilia (María Felicidad) Cendoya y Araquistain, virgen, de la Orden de la Visitación de Santa María, y mártir, que en la gran persecución, al ver que sus hermanas habían sido apresadas, se entregó espontáneamente en la misma noche a los milicianos y, al lado de sus hermanas, confirmó el testimonio de su fe con el supremo sacrificio de la vida.