En Nápoles, de la Campania, beato Juan (Francisco) Marinoni (o Marinonio), presbítero de la Orden de Clérigos Regulares, vulgo Teatinos, el cual, junto con san Cayetano, se entregó a la reforma del clero y a la salvación de las almas, e instituyó un Monte de Piedad para ayudar a los pobres.